Marruecos, un país donde los aromas y sabores son tan vibrantes como sus colores y paisajes, ofrece una ruta culinaria que es tanto una aventura como una invitación a participar en una antigua tradición gastronómica. Desde el zumbido de las medinas hasta la tranquilidad de las montañas del Atlas, cada región aporta su propio sabor al mosaico de la cocina marroquí. En esta entrada, te llevamos en un delicioso viaje a través de Marrakech, Fez y Essaouira, explorando los platos que definen la cocina marroquí y los lugares donde estos se pueden disfrutar en su máxima expresión.
El viaje comienza en Marrakech, en el corazón de las laberínticas medinas, donde el aire se llena del olor de las especias. Aquí, los mercados están repletos de puestos que ofrecen desde cúrcuma hasta comino, y cada esquina revela un nuevo aroma. Un plato que no te puedes perder es el tanjine, cocido lentamente en su recipiente de barro distintivo que le da nombre. Los tanjines combinan carne, frecuentemente cordero o pollo, con una mezcla de frutas secas, nueces y especias, creando un estofado rico y profundamente aromático que habla del cruce de culturas que es Marruecos.
Continuando hacia Fez, la experiencia culinaria se sumerge en la historia. Esta ciudad, famosa por su antigua universidad y su exquisita arquitectura, también es conocida por su sofisticada gastronomía. En Fez, el plato estrella es el pastela, una exquisita tarta de hojaldre rellena de paloma o pollo, que se espolvorea con azúcar y canela, un ejemplo perfecto de la fusión de sabores dulces y salados que caracteriza a la cocina marroquí. Aquí, los restaurantes a menudo se esconden en palacios restaurados, donde puedes cenar en patios adornados con mosaicos, sumergiéndote en un ambiente de otro mundo.
El viaje culmina en Essaouira, una ciudad costera donde el ritmo de la vida es dictado por las mareas y la pesca diaria. El plato local por excelencia es el pescado y mariscos frescos, simplemente asados a la parrilla y servidos con limón y hierbas. La simplicidad de la cocina en Essaouira resalta la frescura del océano, y los cafés junto al mar ofrecen el escenario perfecto para disfrutar de estos manjares mientras observas el ir y venir de los barcos de pesca.
Además de disfrutar de estos platos, los viajeros pueden participar en talleres de cocina ofrecidos en cada ciudad, aprendiendo de chefs locales cómo preparar estas delicias en casa. Esto no solo proporciona una habilidad, sino también un recuerdo tangible que llevar de vuelta a sus cocinas.
Cada bocado en este viaje a través de Marruecos no es solo una comida, sino una historia —de tradiciones, de culturas mezcladas, y de la tierra y el mar que nutren al país. En MARRUECOS Viajes y Tours, creemos que la mejor manera de conocer un lugar es a través de su comida, y nuestro tour gastronómico promete no solo satisfacer el paladar, sino también enriquecer el alma.